lunes, 30 de junio de 2025

 





Atrás, muy atrás

 

Atrás, muy atrás

quedan los días limpios,

frescos como la piel

de un fruto recién nacido

Atrás, muy atrás

el futuro

preñado con sus promesas

Atrás, muy atrás

 los horizontes

que imaginamos,

los infinitos caminos

que no llegamos a andar

Atrás, muy atrás

 las esperanzas vencidas,

—verde moho—

de ilusiones corrompidas

Atrás, muy atrás

el esperar lo imposible,

Atrás, muy atrás

quedó lo que fuimos

y lo que quisimos ser

María Jesús

 

 

 


viernes, 20 de junio de 2025

 




Receta para contemplar el mar

Fotografía de Sasha Martinov

 

Aunque este plato permite diversos acompañamientos, yo he elegido este, que es mi favorito.

En primer lugar, iremos al mercado a primera hora, que es cuando más frescos están los productos, y compraremos un atardecer de los largos y rosados, se ha de escoger uno con los bordes violetas (y no blancos o azules, que nos afearían el conjunto); seguidamente se lleva a casa y se pone a macerar con unos gramos de sol añejo, del de última hora. A continuación, salpimentamos con algunas estrellas de cosecha temprana, le añadimos un gajito de luna plateada y, reservamos.

Por otro lado, colamos la sal y el agua azul, verde o gris —esto a gusto del consumidor— y batimos bien, hasta que salga toda la espuma, la rizamos con un tenedor de sepia morado y la extendemos en una superficie bien amplia y rizada, previamente forrada con arena fina y dorada, si no se tiene de esta a mano, también podemos utilizar la otra más gruesa, el resultado variará poco. Echamos algunas algas finas y verdecinas, alguna concha, (pueden llevar perlas de nácar en su base, aunque nos subirá bastante el precio), y es optativo echarle también algunos puntitos dorados del color del aceite crudo. Si nos apetece, podemos decorar con algún barquito de vela blanca en lontananza, el resultado sabrá, indudablemente, mejor.

Acto seguido, colocamos todo el guiso bajo el manto del atardecer, que previamente habíamos reservado, y lo unimos, poniendo buen cuidado de que este quede arriba, bien ajustado por el lado central donde, como pincelada final, pondremos una línea de horizonte, larga y fina, de un azul cobalto, que parezca que parta en dos ambas cocciones.

Tomamos cierta distancia, y escogemos un lugar agradable, si tiene brisita sazonada mejor; extendemos una toalla, cortada en lochas gruesas y blandas, y tomamos asiento. Después, bañamos el alma y la mente de calma dulce, deshacemos las prisas y angustias en migajas bien finas, hasta hacerlas desaparecer.

Y ya estamos preparadas para saborear, un buen guiso de mar.

 

María Jesús

 

martes, 10 de junio de 2025

 




Cuando lo nuestro

 

Cuando lo nuestro

solo es lo mío

y las estrellas

son astros muertos

que mienten, lejanos,

desde el firmamento

Cuando el mar

solo lleva

agua salada

entre sus olas

y la noche

solo es ausencia

de luz solar

Cuando los sueños

son de mentira

y la esperanza

solo es un cuento

Cuando el amor

son cuatro letras

dentro de un verso

Cuando lo nuestro

solo es lo mío

María Jesús