miércoles, 9 de julio de 2025

 





La familia Vitalín

Pintura de José Roldán, 1832

 

En aquella familia todos morían al cumplir los 45 años. Se lo tomaban bien, algo irreparable, una herencia de los genes, como la falta de inteligencia, el color de los ojos o el ejercicio de un oficio. «Gajes de estar vivos y de ser uno de la familia Vitalín», decían con cierto orgullo. Cuando se acercaba la fecha se preparaban; dejaban sus papeles listos y se despedían con cariño y resignación de sus seres queridos.

Por eso fue una sorpresa, tirando a desgracia, cuando la tía Salvadora murió con 42; A nadie se le ocurrió pensar que su madre, la abuela Paca, mujer de alma libre y de temperamento apasionado, no fue todo lo fiel esperado, a su esposo, el abuelo Antonio.

Así, la familia, igual que habían asumido el hecho de su muerte a los 45, ahora asumieron con valentía aquel velo de inseguridad que se cernió sobre sus vidas, y que ya no les dejó ni morirse en paz.

María Jesús