viernes, 10 de octubre de 2025

 





Los tímidos

 

Julio y Ana eran vecinos. Uno vivía en la puerta A y otra en la B. Como eran dos personas muy tímidas, cuando se encontraban en la portería o el ascensor, bajaban las miradas y apenas se dirigían un saludo rápido, vacilante y cabizbajo: «Buenos días, buenas noches», poco más.

Cuando ocurrió la gran explosión, la galaxia se desmoronó, y el mundo quedó vacío, solo sobrevivieron ellos dos: Julio y Ana, cada uno en su piso.

Ahora, cuando se cruzan en la escalera (el ascensor ya no funciona) se siguen saludando: «Buenos días, buenas noches». Mantienen las miradas bajas y la voz vacilante, aunque quizá, ahora, no se apresuran tanto como antes.

 

María Jesús