viernes, 30 de mayo de 2025

 




El botín

 

Era la primera vez que lo hacía. Llegó jadeando, bañado en sudor y se encerró en la destartalada habitación; con manos trémulas abrió el monedero negro. Recordó como la inocente señora le había sonreído amablemente, cuando en un brusco balanceo del autobús él se agarró a su brazo.

    Rebuscó en su interior: unas monedas, una estampa de san Dimas, dos horquillas y un paquetito cuidadosamente envuelto en papel de seda de color naranja, lleno de esperanza lo desenvolvió rápidamente: «tiene toda la pinta de ser alguna joya, una medalla, tal vez un anillo...»

    La esperanza se convirtió primero en asombro y después en una carcajada resignada.

    Se encaminó a la vieja cocina. Una mujer, con delantal de cuadros y cabellos grises recogidos en un moño, zurcía unos calcetines sentada en una silla. Levantó la mirada y le sonrío con dulzura:

    ―Hola, hijo, ¿quieres un vaso de leche?

    El joven le devolvió la sonrisa.

    ―Toma, abuela, que hoy vamos a merendar a lo fino ―le dijo alargándole dos sobrecitos de té.

 

María Jesús

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho y al final el niño se conforma con lo poco que hay. Un abrazo muy grande amiga querida

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    1. Me alegra que te haya gustado. Es un relatito que escribí hace ya mucho tiempo, y que he retocado un poco. Abrazo enorme, amiga

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