martes, 11 de noviembre de 2025

 




Hogar

 

«Ya estoy en casa», dijo con voz cansada, y cerró la puerta de golpe, dejando fuera al viento helado que iba tras ella. Vació el par de bolsas de plástico que traía y se preparó la cena: un buen bocadillo de atún, una naranja y un vino tinto, de ese que entonaba el cuerpo y achicaba penas.

Luego, la mujer se arrebujó en su toquilla y se adormiló viendo pasar a la gente que, apresurada, apenas si reparaba en la vieja que dormitaba dentro del cajero del banco.

 

María Jesús