sábado, 20 de diciembre de 2025

 





Es Navidad

 

Elevar la vista al cielo y contemplar —por sorpresa— el parpadeo fugaz de una estrella.

Caminar bajo un atardecer granate con paquetes en las manos y un villancico en los labios.

Cruzar la mirada —cómplice— y compartir la sonrisa al tropezar en la calle con algún desconocido.

Observar un revuelo de niños inquietos que miran tras los cristales con la yema de los dedos.

Olor a caldo, a chocolate y turrón que pasa del paladar a la mente y se aloja —para siempre— en la alacena del alma.

Acomodar las ausencias y apuntalar el dolor que producen los recuerdos.

Buscar con el corazón a la niña que hemos sido y que ahí sigue, escondida, soterrada por las capas de la vida y las vivencias.

El olor a musgo fresco y eucalipto, a piña, zambomba y peladillas.

La certeza de saber que «Nosotros nos iremos y no volveremos más».

Y, que la Navidad quedará.

 

María Jesús

 

 

 




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