El
buen hábito del ahorro
Mi abuela nunca tira nada. Según nos explica,
una y otra vez, ya desde niña lo guardaba todo. El papel de los caramelos, las
hebras sueltas de las bobinas de hilo, el espiral de las libretas usadas, las
flores secas, los cuchillos romos… gracias a ese talante ahorrativo, nos dice,
ahora puede presumir de dentadura nueva sin que le haya costado ni un céntimo.
Y, sonríe mi abuela,
mostrándonos unos dientecitos desparejos y blancos, como de leche.
María Jesús
La carencia, la falta de confianza, en nuestros recursos y en la bondad de la vida.
ResponderEliminarSí, de aquellas lluvias, estos lodos. Un abrazo fuerte
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