viernes, 4 de febrero de 2022

 



Receta de invierno

 

Tomaremos un par de pedazos de nieve, bien blanca, y embadurnaremos con ella el azul del cielo y el aire transparente, de enero o febrero a poder ser, seguidamente verteremos los restos sobre la tierra y las plantas y esperaremos que se sequen. Cuando hayan tomado un tono de ocre requemado, procederemos a servirlas bien frías bajo unas buenas botas de piel. Si se quiere se pueden acompañar de una bufanda de lana tejida a mano, lo suficientemente larga, y de unos guantes a juego. Es opcional también, respirar profundamente el aroma gris de alguna chimenea, alimentada previamente con gruesos troncos de algún chopo o castaño.

Y, a refugiarse en un buen invierno.

María Jesús

 

2 comentarios:

  1. Aunque el invierno no es lo mío, tendré muy en cuenta esta fabulosa receta para el próximo. Un abrazo.

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