(Tomada en la red)
Receta
para un día de feria
Si nos apetece un buen día de feria, solo
necesitamos poner a macerar un pedacito de ilusión añil que aún conservemos, y
tirar de un hilo de algodón rosado, que encontraremos en cualquier rincón de la
memoria; seguidamente, aderezamos con un caballito, ni muy blanco ni muy rojo,
que pueda dar una vuelta completa sin marearse, aunque mejor si son dos o tres.
Le añadimos un buen puñado de aroma a churros, sin pasarnos con el dulce
cobrizo, y vertemos por los lados una tonadilla alegre y machacona, con un
punto de nostalgia.
Para evitar salpicaduras
indelebles, no olvidemos colocarnos el mandil azulado de la infancia.
Y, el día de feria, queda
listo para servir.
María Jesús
Me gusta tu receta es muy divertida. Un abrazo grande querida amiga
ResponderEliminarMil gracias, querida Maribel. Me alegra mucho de que te parezca divertida. Un abrazo gordote
EliminarMe encanta, cómo todas las recetas que has escrito.
ResponderEliminarMuchas gracias. Eres un sol. Abrazos grandes
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