El
mundo era, solamente, un costurero
El
mundo era, solamente, un costurero
lleno
de hebras de colores,
arco iris sin orden ni concierto
Botones
redondos y cuadrados,
forrados,
diminutos, lisos o labrados
Dedales
plateados
surcados de agujeros en los lados
Un
sinfín de agujas y alfileres,
espadas
diminutas en un mundo de paz
Cintas
blancas y viejas cremalleras,
ajadas
supervivientes de lo inútil,
Unas
tijeras afiladas y un acerico
que fue de terciopelo un día
Retales
atados
con
deshilachadas cintas apretadas
El
mundo era, solamente, un costurero
Unas
manos trabajadas,
cálidas y nerviosas, enhebrando las agujas
Una
radio al atardecer, enferma de nostalgia
de patrias exiliadas y de amores fracasados
Unos
ojos infantiles
y unas manos inquietas tocándolo todo
Un
“estate quieta”,
un
“deja eso”,
un
“tráeme aquello” ...
Tardes
de sol o de lluvia
que
quedaban fuera del cristal de la ventana
Suspiros
de madres con la esperanza
remendada
sueños
de hijas con ilusiones
apenas
hilvanadas
El
mundo era, solamente, un costurero
María Jesús
Lindo poema. El costurero, el gran olvidado de hoy en día y más que lo serà en la proxima generación te debería estar muy agradecido.
ResponderEliminarMuchas gracias. No sé coser, pero me encantan los costureros con su mundo en miniatura dentro de ellos. Besos
EliminarMe gusta como le has sacado jugo al costurero, ya veo que te gusta jugar con las palabras, felicidades amiga. Un abrazo otoñal
ResponderEliminarMuchas gracias, Maribel. Otro abrazo hojaresco para ti
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