Sin manos que lo gobierne
Sin
manos que lo gobierne
se
extiende el licor rosado
resbalando,
velozmente,
por el
cielo azul celeste
puntos
de plata salpican
aquí y
allá el firmamento.
Húmeda
luz rojiza
que
resbalas cada tarde
desde
el cielo hasta la mar
donde
ahogas para siempre
un día
más
María
Jesús
Me gusta como retratas el atardecer querida amiga, un abrazo inmenso
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un besazo, amiga
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