Alas
Seleccionada en Microrrelatos
SUR IV Premio Pablo Aranda: textos del 31 de agosto
Dicen que está loca, pero yo no lo creo.
A la hora del recreo siempre explica que
al nacer no es una palmada en el trasero lo que nos dan, sino que nos cortan
unas pequeñas alas que tenemos en la espalda. «¿Quién iba a llorar tan fuerte
solo por dos cachetillas de nada?», nos pregunta desafiante.
Y yo no digo nada, y coreo las risas de
las otras, intentando acallar el runrún de las dos pequeñas cicatrices casi
invisibles que, debajo de mis omoplatos, se rebelan y escuecen una vez más.
María Jesús
Me ha gustado mucho, es un poco triste. Un abrazo grande querida María Jesús
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Sí, tiene un aroma triste. Un abrazo grande, amiga
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