Receta
para pintar un cuadro
Lienzo
de Montserrat González García
Se toma un pincel fino y una docena y media de
colores surtidos que irán del blanco al negro pasando por el gris marengo y el
azul cobalto, sin olvidar una pizca de rosa palo y de amarillo limón;
seguidamente sacamos el lienzo impoluto, que previamente habremos horneado bien
por los dos lados, y comenzamos la labor de hilar colores con figuras.
Necesitaremos buen pulso para aliñar las líneas y rellenar los espacios,
tampoco nos iría mal un cuarto y mitad de paciencia.
Una vez colado el dibujo, lo
dejaremos secar y, posteriormente, lo caramelizaremos con un toque personal de
vainilla, canela o hierbabuena.
Esta receta admite múltiples
combinaciones tanto de colores, como de imágenes e, incluso, se podría, si se
quiere, prescindir de los colores y el pincel y, elaborarlo con carboncillo,
del tipo duro y fino, o con acuarelas de las que vienen en esas cajas de lata,
bien cortadas en tajaditas cuadradas.
Si lo que nos apetece es algo
dulce, nada como decantarnos por el pastel. Bien batidos sus colores suaves y,
con un pensamiento de polvillo de azúcar, para que queden bien glaseados.
Siempre podremos rectificar de dulce añadiéndole un pellizco de pimienta en
grano o canela en rama. Con esta especialidad, es menester un poco más de tino
y pulso, pero el resultado es espléndido.
En cualquiera de los casos, no
olvidemos usar un buen caballete en parrilla para sujetar con firmeza el
lienzo, y ponernos un blusón de un naranja afrancesado. La gorra de terciopelo
negro, es opcional.
Y ya podemos crear nuestra
obra de arte.
María Jesús