Receta
para un día de Navidad
Fotografía:
Landsmann
Se cogen cinco o seis villancicos y se amasan
bien con un poco de musgo y un pensamiento de muérdago; seguidamente apartamos
un poco de frío, si es helado mejor, y lo escarchamos con azúcar y anís. Dejamos
reposar por separado, y en un molde aparte, echamos la alegría y la tristeza,
un poquito de nostalgia y bastante emoción, de esa de calidad superior que
guardamos para las grandes ocasiones.
Añadimos la sonrisa ilusionada
de un niño y la mirada añorada de una abuela, más un retazo de zambomba y unas
gotas de pandereta.
Lo confitamos todo junto y
bañamos el portal, cuanto más humilde, mejor; agregamos a la masa, alguna
estrella de algodón dulce, un par de pastorcillos de chocolate laminado y un
buen puñado de almendras, higos, pasas y avellanas, todo bien cortadito en
juliana.
Lo dejamos cocer al horno de
la buena voluntad, y lo repartimos entre todos los seres de la tierra.
Según gustos, se le puede
añadir unos gramitos de nieve azulona o unos gajos de sol calabaza.
Y, a disfrutar de un buen día
de Navidad.
María Jesús
Tus recetas van muy bien y sirven para cualquier ocasión , un abrazo grande amiga querida.
ResponderEliminarCómo me alegro de que te sirvan mis recetillas. Un fuerte abrazo, amiga querida
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