Crecimiento
Se aburrían los colores. Rígidamente puestos en fila,
apretados unos contra otros. El cálido naranja junto al fogoso encarnado y a su
lado, siempre serios, el marrón oscuro y el negro.
Se aburrían
los colores entre las dos paredes del estuche viejo, rozándose, desde los pies
redondeados a la afilada cabeza.
El pálido
blanco, junto al bullicioso amarillo y el aburrido rosa. No tenían de qué
hablar, no podían explicar historias. Las anécdotas pequeñitas que les llenaban
la vida, siempre bajo la presión, agradablemente fuerte, de los dedos del
muchacho. Las sacudidas nerviosas, las caídas y las rápidas recogidas en vilo.
No podían comentar el placer de rellenar los huecos del papel, la alegría de
llenar imágenes desconocidas, de dar luz a los dibujos...
No podían
explicarse la apasionante aventura del olvido ―por unas horas o unos días― en
otro estuche diferente.
No, ya no
podían, y miraban de soslayo, con rabia y con envidia, al meticuloso monstruo
de dos patas que se alzaba, cual anquilosada bailarina, girando sobre el papel;
el compás nuevo ―tan frío y engreído― que poseía, para él solo, un acristalado
estuche enmoquetado de azul, y que era, ahora, el dueño de la cálida ilusión de
los dedos del muchacho.
Aquellos
tiernos dedos que habían crecido y huían ya del mundo colorido de la infancia,
aferrando con inocente orgullo el juguete de metal.
María Jesús
Le das vida a los lápices de una manera muy ligera y agradable de leer. Un abrazo
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Maribel! Me alegro de que te haya gustado. El mundo de los colores es mágico y está lleno de posibilidades. Un súper abrazo con olor a musgo.
ResponderEliminarMe parece muy bonito hablar de los colores, y tienes mucha razón al comentar de el compás no pegaba ni con cola en ese mundo de colores y magia.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, M. Carmen! Yo de niña le tenía una cierta manía al compás. De mayor he comprendido porqué. Un besazo.
EliminarMolt maco, el pas del temps i de la infància a través dels colors.
ResponderEliminarA mi el compàs no m'ha agradat mai... Petons!
Moltes gràcies!! Sí. No hem de deixar mai de la mà, als colors. Petnàs!
ResponderEliminar