No hago otra cosa que pensar en ti
…Siempre igual se me van a
dormir las manos de tanto sujetar el revólver y con este frío debemos estar a
menos de diez grados bajo cero que no me ha dejado ni cenar con el apetitoso
olorcillo que salía del puré de guisantes y la merienda, debo reconocer que la
tarta de arándanos le ha salido exquisita pobre señora Hudson, pero debe andar
ya por mi intestino delgado… ¡Diantre qué frío!… calla, si llevo mi petaca algo
de brandy habrá en ella o yo no soy hijo de mi madre sí ¡Ah esto es otra cosa!
reconfortaría a un muerto claro que él te dice vaya usted al páramo a vigilar
¡Vaya novedad! que ya tendrá noticias mías ahora ¿Cuándo? no se sabe cuando el
milord quiera tendré que esperar las señales de humo de su apestosa pipa
¡Cretino patilargo! como él es un genio los demás mortales por más que hayamos
estudiado en Oxford y estemos licenciados en medicina ¡Al cuerno! voy a echar
otro traguito que si yo hablara como el caso aquel en que se pasó toda una
tarde dale que te pego con el violín y ya iba a echar mano de sus porquerías
¿Cómo había entrado en la casa el asesino de Chippendale? Y la pobre doncella
venga a intentar explicárselo burro zoquete larguirucho que la llave estaba
bajo la maceta de la entrada señor lumbreras que la podía coger cualquiera que
lo supiera anda y que le den morcilla escocesa no siento los dedos un espasmo
vascular me temo y eso que llevo guantes de piel rácano maldito rácano estúpido
que él a embolsarse el dinero y yo ni un penique eso sí el generoso para
Navidad con sus mejores deseos unos guantes de lana ¡bah! ¿Quedará más brandy?
suerte que rellené bien la petaca voy a zapatear un poco para entrar en calor
¡Olé! Ji, ji ¡Uy! la cabeza me da vueltas será el frío… elemental, elemental y
un rábano para él creído más que creído voy a comprobar el revólver ¡Diablos!
Para mí el peligro y para el patilargo reseco la fama…con esos ojos tan sagaces
¡Uy sí! ¡ja! miope perdido es lo que está el muy cretino ¡Upa! casi me caigo me sentaré un ratito a riesgo
de que las posaderas se me congelen, venga otro traguito a tu salud drogadicto
maniático anda que el día en que se empeñó en lo del suicidio callen y dejen
pensar al genio del razonamiento y yo venga a decirle que no que era imposible
que a ver cómo se va ahorcar un paralítico que encima está ciego manda bemoles
la cosa el cabezón si es que porque soy un caballero con más paciencia que un
santo ¡Por san Jorge! Parece que se oye algo no diantre son mis tripas que
suenan como su violín ji, ji ¡Ay el señor se pone melancólico porque no hay
casos! claro que luego cuando los hay está el tonto de Watson para ir a pasar
frío por esos páramos de Dios ¡Maldición! Se me ha acabado el brandy y el
majadero este sin venir que vendrá cuando le salga de la mismísima gorra…
lumbreras anoréxico del demonio…
María
Jesús
Me encanta con qué facilidad pasas de unos pensamientos a otros (en un cerebro compartimentado pero interconectado) entre los racionamientos y las sensaciones.
ResponderEliminarEs la técnica del monólogo interior, por eso no hay, apenas, puntuaciones. Nosotros pensamos sin puntos ni comas, y mezclamos temas como en una batidora. Esa era la idea, entrar en la cabeza del sufrido doctor Watson sin cortapisas... Un beso.
ResponderEliminarUn monólogo interior muy acertado, me gustado mucho
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro que así haya sido. Un abrazo grande
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