jueves, 19 de mayo de 2022

 




Discretamente

 Discretamente rebusco,

por el encarnado forro,

de ese viejo monedero,

—pasado de moda y sin cierre—

Lo vuelco sobre el tapete

y en silencio van cayendo:

una brizna —ya reseca—

de alegría,

un destello leve,

que algún día fue sonrisa,

una pizca —caducada—

de ternura,

un suspiro añejo y,

 dos versos olvidados,

que me prestó,

—ni sé cuándo— la esperanza

                                                        María Jesús

 

 

 

2 comentarios:

  1. Precioso poema sacas mucho de un monedero. Un abrazo de letras amiga.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias. Los monederos y los bolsos guardan vidas enteras. Un abrazo grande.

    ResponderEliminar