martes, 9 de mayo de 2023

 



Publicado en la Revista Almiar

Imagen: “La paloma de la paz”, de Bansky

 

 

Huida

 

Las cosas ya estaban bastante difíciles para aquella vieja ciudad —Alá, Yavé y Dios se la disputaban sin descanso desde hacía siglos— cuando de pronto empezaron a correr rumores de que también Confucio, Buda y Vishnu habían realizado durante sus vidas alguna que otra excursión a ella.

La ciudad esperó al veinticinco de diciembre, momento en que el personal se tranquilizaba un poco, y se evaporó.

Casi al mismo tiempo, en un remoto lugar del Ártico, un joven inuit se preguntaba a cuál de sus dioses debería agradecer el prodigio de la aparición de aquel hermoso olivo que, de la noche a la mañana, había crecido en sus heladas tierras.

 

María Jesús

 

 

2 comentarios:

  1. Con pocas palabras has dicho mucho creo entender que con el olivo vino la paz. Un abrazo lluvioso mi querida María Jesús

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    1. Mil gracias, querida amiga. Ojalá que así sea. Un abrazo fuerte

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